fragmentos (3)


llevaba un buen rato ante los niños, que reían y aplaudían sus fingidas torpezas y sus acrobacias; cuando se detenía a tomar aire, o cuando se dirigía a alguno de ellos, tenía la sensación de que podían verle de verdad

(como alguien que, aterrado, intenta esconderse detrás de una puerta transparente...)