hI4: No consigo recordar qué es un "hada".


V1:
No consigo recordar qué es un "hada". Llevo más de dos horas dándole vuelta a los catálogos originales, revisando moldes de arcilla, fotos antiguas, y nada. ¿Estás seguro de que la has visto? Pequeña, con alas, con aspecto de mariposa. ¿Con mucho aspecto de mariposa? Oye, ¿no habrás fumado del árbol prohibido? Porque, sinceramente, no creo que haya habido nunca hadas en el paraíso
.

V2:
No consigo recordar qué es un hada. No consigo recordar el barco, ni la isla, ni el gran cocodrilo. Y me desespera. Llevo varias semanas dándole vueltas, intentando encontrar alguna fotografía en mis álbumes antiguos, buscando restos de polvo sobre mis trajes de niño. Los he bajado del desván para poder cepillarlos con calma; cuando llego antes que nadie a casa me meto en garaje y me espolvoreo. Pero no sucede nada. Quizá tenga que probar al aire libre, pero si alguien me ve, no sabría que decirle. Lo peor de todo es que, aunque consiguiese volar, no creo que recuerde en qué dirección hacerlo...




hI3: Mientras me abalanzo sobre ella.


Mientras me abalanzo sobre ella me doy cuenta de que no es como las otras veces. Siento como un escalofrío cuando la atrapo y la empujo contra el suelo. Intento no mirarla siquiera. Su olor me da asco. Se queda inmóvil sobre la hierba, sin decir nada, sin gritar ni resistirse. Tiene el pelo mojado y la ropa muy sucia. Mientras le ato las manos su cabeza empieza a girar lentamente hacia mí. Ahora me doy cuenta de quién es. Pero ya es dem...

hI2: Ahora sólo se alimenta de ricachones, la muy víbora.


Ahora sólo se alimenta de ricachones, la muy víbora. Ya debe andar por el tercero. Aunque no sé, hace meses que no sigo la prensa. Pero supongo que se hace una idea. Qué zorra... lo digo por seguir con las metáforas animales. ¿Se trata de eso no? De decirlo. Decir las cosas, de eso se trata...y eché un vistazo hacia la ventana. Entonces me di cuenta de que tenía los ojos cerrados. Volví a mirar al techo y me entró la risa. Calculo yo que el silencio que siguió, hasta que dieron las cuatro, me ha debido costar unos ciento cincuenta euros.