"La serpiente me quedó más gorda de lo previsto"...Es lo único que se le ocurre decirnos. Ya ves. Un día, paseando por el jardín. Me acuerdo cómo si fuera hoy. Ni una palabra sobre la mala leche que se gasta. Eso no. Simplemente que la veía gorda. Y al final lo pagamos nosotros, viene a echarnos la bronca como si fuese culpa nuestra. ¡Haberlo dicho antes! Qué es muy fácil venir a quejarse luego. De verdad, qué tontería, qué tontería. Cada vez que lo pienso... ¿y sabes que es lo peor? Que a mí ni siquiera me gustan las manzanas.
